martes, 5 de marzo de 2013

Fundaciones de ayuda a los pobres olvidadas por el Estado

En un gobierno que ha declarado como prioridad a los pobres de Guatemala ha dejado olvidadas en el presupuesto del Estado a muchas de las organizaciones y fundaciones que se dedican a dar ayuda a las personas de menos recursos.

El Ministro de Salud, en un programa radial, afirmó que “ante la escasez de recursos” que tiene, decidió dejar a un lado a organizaciones como la Fundación Aldo Castañeda, que atiende a niños con problemas del corazón; la Fundación Ayúdame a Vivir, con niños con cáncer, o la Casa del Niño, que cuida en guarderías a los niños mientras sus madres trabajan; los hogares de ancianos de San Vicente de Paúl, las Obras Sociales del Hermano Pedro o la Fundación Sobrevivientes, entre otras más.

El funcionario añadió que con los fondos que cuentan prefieren darle prioridad a las instituciones del Gobierno, como el Hospital San Juan de Dios, en donde se puede dar atención gratuita a las personas de menos recursos. ¿Sabrá el Ministro la ayuda que dan estas fundaciones a sus pacientes?

El hablar de ONG en el presupuesto estatal es lo mismo que oír de malos manejos y corrupción, pero siempre ligadas a las formadas por los mismos políticos con intereses electorales. Esta manipulación que se ha dado en los últimos años ha hecho que se quite el aporte del Estado a muchas de las organizaciones que hacen una obra que el Estado no ha querido o no ha podido hacer.

La pobreza en Guatemala es tan grave que no hay mucha gente que se oponga a que el Estado atienda a los más necesitados, pero lamentablemente los programas de Cohesión Social han sido politizados y envueltos en velo poco transparente que los han convertido en el programa más polémico del Gobierno.

Cohesión Social ha contado con fondos transferidos de casi todos los ministerios del Gobierno, y al quitarle fondos a estas organizaciones, quiere monopolizar la ayuda a los pobres. Creo que si esto solucionara el problema de la pobreza, estaría bien, pero no es así, no podemos despreciar la ayuda que dan desinteresadamente estas ONG.

Todos sabemos en Guatemala cómo funcionan las instituciones del Estado, donde lo último que se privilegia es la atención al guatemalteco. Los mismos empleados en vez de mejorar su servicio pasan más tiempo pensando cómo sacarle más prebendas a su institución que en dar un buen servicio público.

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